¿Redactar o no el contrato de arrrendamiento?
Un contrato de arrendamiento de vivienda habitual es la clave para una relación arrendaticia tranquila y sin sorpresas.
¿Por qué es importante su redacción a pesar de que no es necesaria su forma escrita?
1. Aporta claridad. Al establecer en sus cláusulas cuál será la renta, su duración, la fianza, quién asume los gastos, cuáles son las responsabilidades tanto del arrendador como del arrendatario, etc.
2. Supone una protección legal. Un contrato escrito respalda los posibles incumplimientos, impagos o conflictos que pudiesen surgir entre las partes.
3. Especifica el objeto. Cada vivienda y acuerdos son distintos. Un contrato adaptado a las necesidades y particularidades del propietario y del inquilino, no se base en modelos genéricos que pueden presentar vacíos legales.
4. Previene problemas futuros. Entre sus acuerdos establece cuál será el incremento de la renta, las obras que se permiten realizar, cuándo finaliza el contrato, si se aceptan subarriendos, etc. Todo por evitar litigios extensos y desgastantes.
Por seguridad jurídica es fundamental establecer un acuerdo que proteja nuestro patrimonio si somos arrendadores y que nos de tranquilidad en el uso de la vivienda si somos inquilinos.
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